Algunos padres y madres de 3 años, cursaron una petición a Serunión a través del colegio para poder visitar el comedor. Os dejamos aquí el texto que nos han enviado con sus impresiones. Os animamos a compartir a través de los comentarios vuestras inquitudes y experiencias al respecto.
"El pasado lunes 6 de Octubre, dos mamás
y un papá de los peques de infantil 3 años pudimos visitar el
comedor y ver de primera mano cómo es la rutina diaria de los
alumnos a la hora de comer. La visita se concertó mediante solicitud
previa al centro, y dado que por parte de la empresa responsable,
Serunión, no hubo ninguna objeción, quizá sería más que
recomendable que se organizara una visita todos los años para los
“padres primerizos”, como nosotros, y poder resolver dudas y
comentar inquietudes.
Cristina, la responsable del cáterin
que nos atendió, no se ahorró ni un detalle ni dato técnico sobre
cómo elaboran, transportan, conservan, calientan y sirven los menús.
Pudimos probar, además, los platos de ese día, y estaban muy ricos.
Aunque para gustos los colores, claro.
Pasan lista a diario antes de entrar al
comedor. A los pequeños, además, les ayudan a lavarse las manitas
antes de sentarlos a comer. Siempre los sientan en la misma mesa y
con el mismo grupo de compis. Cada monitor se hace responsable de los
mismos 15 niños, así los va conociendo y les ayuda con la comida si
aún no son lo suficientemente autónomos. Si alguno o alguna está
mal con la barriguita, podemos avisar después de dejarlos en el
cole, a primera hora, para que les den algo de dieta blanda, como
arroz o pollo, que también llevan preparados por si las moscas.
Los platos son generosos, no parece que
se queden con hambre, pero eso ya a gusto del consumidor. La comida
es equilibrada y dicen utilizar productos ecológicos. Si les dan
huevo (a los que puedan comerlo) es una vez a la semana, y nunca les
dan fritos.
Como sabéis, les ponen con rotulador
una carita verde o roja en la mano dependiendo de cómo hayan comido,
pero nos propusieron un cambio en este “sofisticado” método de
comunicación: suprimir las caritas, que parece que llegan a
desmotivar a los niños, y sustituirlas por “1, 2, P”,
en el color que corresponda, para que sepamos qué plato comieron y
cómo lo comieron: rojo, mal; amarillo, regular; y verde, bien. No
sabemos si se pondrá en marcha, pero en cualquier caso, a la salida
siempre podéis preguntarle a cada monitor cualquier duda, e incluso
concertar cita con la empresa si se quiere charlar con más
profundidad.
Se puede meter en las talegas los
baberos, pero nos contaron que casi ningún niño lo quiere tener
puesto si su compañero no lo lleva. Empiezan a sentirse niños
mayores… Podemos mandar el cepillo y pasta de dientes, en un
neceser pequeño o bolsita, identificado para que no se pierdan y
puedan lavarse la boca después de comer. También los acompañan al
baño, si lo piden. Muchos llevan muda porque aún se les escapa el
pipí en clase. Si lo mismo pasase durante el comedor, habría que
consultar con cada monitor si no les importaría ayudar a los peques
a cambiarse si se despistan y sufren un “escape”, o si se ponen
chorreando con el agua. Y si no les importa, lo debemos autorizar por
escrito.
Cuando terminan de comer, salen al
patio y juegan. Los más chicos tienen su rincón, siempre están
con una monitora, y cuando se acerca la hora de recogerlos los
sientan junto a las escaleras de la entrada, para agilizar la
entrega.
Todo parece
marchar infinitamente mejor del caos que a nosotros nos puede parecer
dar de comer a tantos peques juntos. Así que la visita fue muy
constructiva y tranquilizadora."
Os dejamos con las fotos que tomaron aquel día